Tras tres semanas en el país de Oscar Wilde, U2 y la cerveza Guinness he intentado aprender algo más que el idioma. En este sentido, me han llamado la atención ciertos aspectos comunes para la sociedad irlandesa y que en España no se aplican o al menos no tanto como se debería.
En primer lugar el turismo. Me ha parecido alucinante como en Irlanda te pueden cobrar prácticamente por todo, aunque en algunos casos sea poco.
Visitando lugares, monumentos he visto que en España los hay de muchísimo mejores pero quizás no están explotados como debería. Creo que aunque somos una enorme potencia turística a nivel mundial, nos falta mucho para poder rentabilizar todo aquello que tenemos, el patrimonio, las playas y también nuestra gastronomía.
Me ha dado la impresión de que en Irlanda, el poco patrimonio cultural que tienen se vende muy bien. Sobre todo la clave creo que está en estudiar bien que es lo que se va a vender, cuál es el público objetivo y cómo se lo podemos vender mejor, darle valor añadido para que se pueda justificar un mayor precio.
En segundo lugar, me gustaría hablar del mundo de la empresa en Irlanda. Como ya he dicho, esto es en tan solo tres semanas, pero me da la impresión de que crear una empresa es realmente fácil y rápido y que, de hecho, no hay barreras, sino ayudas para hacerlo. Al igual que tampoco hay barreras para que vengan empresas de fuera, de hecho en Irlanda se ofrecen condiciones especiales para aquellas empresas que quieran invertir allí.
Y no solo eso sino que, además, es increíble ver como las empresas se crean con el objetivo fundamental de vender, vender y vender. Por ello no es extraño encontrar en prácticamente la totalidad de los comercios ofertas y promociones de cualquier tipo: «compra 4 y paga 3», «si gastas 25€ te regalamos otro producto», «el producto del día» o «cerveza más barata antes de las 22.00».
También me sorprendió gratamente un día paseando por St. Patrick Street en Cork (una de las principales calles de la ciudad) una empresa de telefonía móvil que disfrazó a dos de sus empleados y los puso enmedio de la calle saltando y repartiendo folletos. En menos de cinco minutos la tienda estaba abarrotada de gente y había cola para entrar.
¿En España quién pone ese tipo de ofertas? Está claro, algunas grandes cadenas, las franquicias y demás, pero no el pequeño comerciante y todo porque seguimos pensando que las cosas se tienen que hacer como se han hecho siempre. Es evidente que queremos vender, pero no probamos con nuevas fórmulas.
En definitiva, pienso que en general en España, tanto el país como los comercios y las empresas no nos acabamos de vender bien. En la mayoría de casos tenemos muy buen producto y calidad pero nos falta algo que otros ya saben hacer muy bien… ¿por qué no miramos un poco cómo lo hacen los demás?
No te digo que en España no tengamos que tomar nota de algunas más que sanas costumbres extrangeras, pero poner a Irlanda como un ejemplo de sovoir faire en el campo de la economía… yo no lo acabo de ver.
Concretaré un poco: estoy totalmente de acuerdo en que hay que dar facilidades a las empresas. Hacer lo contrario en una economía de mercado es, como poco estúpido. Si no te apaña te montas tu revolución socialista, feudalista o lo que sea, pero no se puede jugar a la puta i la Ramoneta. No obstante, creo que sobrepasado un extremo, un exceso de liberalismo económico es del todo perjudicial. Y ya pueden los anarcocapitalistas decir lo que quieran, un estado no puede venderse por completo a la empresa privada por un sencillo motivo: en un mundo globalizado una empresa no atiende a nacionalidad alguna. En este aspecto Irlanda se pasa. Creo que lo adecuado es una relación simbiótica entre lo público y lo privado. ¿Qué sentido tiene dar todas las facilidades del mundo a una empresa que luego no te va a devolver nada? No entraré en ejemplos por cuantiosos y variados.
Sobre el modelo de comercio del 3×4 y similares, más que adoptable yo lo veo en decadencia. Como consumidor, prefiero tener claro lo que compro y lo que pago. Pensar que la cuarta unidad me la están regalando es una ingenuidad, pues ya va incluida en el precio de las tres primeras. «Vender, vender, vender», yo lo veo un mal vicio. Creo que un producto ha de venderse por si mismo, por el servicio que nos presta. Es evidente que a todos nos produce un cierto grado de satisfacción comprar algo pero, personalmente, yo repito cuando esta satisfacción se prolonga con el consumo del producto y no es substituida por la sensación de haber sido timado. Además, me parece más beneficioso para la sociedad en general que la empresa dedique el grueso de sus esfuerzos a desarrollar un producto útil y de calidad, antes que en variopintas estategias de marketing para colocar un producto mediocre.
En cualquier caso y a pesar de mis discrepancias, creo que es muy sana constumbre aprovechar los viajes para hacer este tipo de observaciones. Si algo me gusta de viajar es poder observar el modo de vida, en el sentido más amplio, de la gente que habita los lugares que visito. Sin ir más lejos, hace poco más de una hora que he llegado de una escapada breve a Bélgica y he de decir que me he enamorado de algunos aspectos de su cultura (totalmente explotables a nivel económico, para más inri) que me sorprende que no hayamos adoptado aquí.
–––––FIN–DEL–LADRILLO–––––
Andreu,
entiendo lo que comentas pero voy a ir un poco más allá de por qué creo que es una buena idea la forma de actuar de Irlanda.
Justamente en un país que tradicionalmente ha perdido mucha población por falta de trabajo (viven más irlandeses en otros países del mundo que en la propia Irlanda), es una medida muy buena acoger empresas de fuera. En primer lugar porque atraen capital extranjero y en segundo lugar porque hacen del país un lugar más próspero y con empleo.
Lógicamente la empresa privada da luego muchos beneficios a una región, ya que ofrece muchos puestos de trabajo (directos e indirectos). Tenemos un claro ejemplo en la zona de Valencia con la multinacional Ford.
Al margen de esto, en cuanto a las técnicas de venta está claro que lo primero que debe tener un producto es ser útil y de calidad. Sin embargo, si lo analizamos desde el punto de vista del marketing, tenemos las famosas 4p (producto, precio, promoción y distribución). Es por ello que a la hora de vender un producto no es únicamente el propio producto el que condicionará las ventas sino hay otros factores importantísimos que vemos día a día y que son fundamentales en cualquier transacción.
En este caso, Irlanda sabe cómo manejarse en cuanto a la promoción y el precio mejor de lo que lo hacemos aquí.
Y me parece que, en general, para cualquier persona que vaya a montar una empresa, comercio o un pequeño negocio, creo que tendrá más probabilidades de triunfar en un país con la mentalidad de Irlanda que con la de España.
De todos modos, me ha parecido muy interesante lo que comentas 🙂
Saludos.
Ahí no te puedo discutir nada. En España siempre hemos hecho una política nefasta en lo que se refiere a la empresa privada, independientemente de quien gobernase. La izquierda (en general, hay de todo) vive en un maravilloso país de fantasía en que no son necesarias las empresas (lo cual puede estar muy bien si gobiernas la URSS, pero no en occidente) o qué se yo, tampoco hace falta que me explique. En cuanto a la derecha, han hecho políticas económicas cortoplacistas potenciando sectores especulativos, dejando que los sectores productivos, que son los que sustentan las economías fuertes y le dan una cierta estabilidad, murieran poco a poco. Sólo hay que ver nuestra comarca hace 30~40 años y ahora. Aquí nos dedicamos a coleccionar AVEs y aeropuertos yermos, mientras que sigue sin existir un corredor mediterráneo que comunique de manera decente con Europa una región que genera más del 50% del PIB español. Tenemos los dos puertos más importantes del Mediterráneo prácticamente incomunicados, con la perdida de oportunidades que eso supone. No se han puesto serios hasta que Ford amenazó con largarse a otro lado. Un desastre de país, oiga.
No estoy de acuerdo en que la cultura se base en un sistema económico. La cultura es conocimiento y debería ser accesible a todos, pues no hacer separa más a las clases. No digo que no se pague, pero un precio mínimo justificado por mantenimiento y no por marketing. Yo os pongo como ejemplo Francia donde hasta los 25 años puedes entrar gratis a muchísimos museos o monumentos y precios muy reducidos para espectáculos u otros actividades.
Aclaro que comento sobre el post sin haber leído vuestros comentarios.
Está claro que la cultura debería ser accesible a todos. Y de hecho creo que todavía se debería estudiar bien qué debe cobrarse y qué no.
Sin embargo, me llama la atención en el caso de algunas catedrales españolas o museos, que muchos de ellos son gratuitas para los visitantes, mientras que en otros países no lo son.
Eso significa que somos los españoles los que lo acabamos manteniendo con nuestros impuestos y quizás cobrando algo por cada turista que visita el lugar sería mucho más fácil de mantener.
Cuando hablo de sacarle rentabilidad en el post me refiero a que mantener el patrimonio es algo muy caro. Esta es una forma sencilla de poder mantener todo.
También creo que es importante, y coincido contigo sobre la referencia que haces de Francia, que existan ciertos grupos (como los jóvenes) o, por qué no, momentos (ciertos día de la semana) que deberían disfrutar de la gratuidad.