Es fundamental compararse con otros países a la hora de valorar lo que uno tiene. Y precisamente eso es lo que he hecho tras estar una temporada viviendo en Portugal, comparar la educación portuguesa (al menos la del norte de Portugal) con la española.
En primer lugar, me parece realmente asombroso el nivel de inglés con el que cuenta la gente, no sólo los más jóvenes, sino también el resto de personas de mayor edad. La mayoría de personas con las que he podido tratar te pueden responder a cualquier pregunta en un muy buen inglés. Me pongo a imaginar la situación en España y la realidad es otra que no tiene nada que ver. Si una persona española habla bien inglés es porque ha estudiado alguna temporada fuera o porque ha estado años en una academia. Uno de los motivos es que en Portugal todo el mundo ve el cine en versión original (lo ponen así en los cines) y también la gran cantidad de música que se escucha en inglés.
En segundo lugar, me sorprende mucho la educación de los portugueses en cuanto al comportamiento. Si bien es cierto que muchos gritan bastante por la calle (como los españoles), es cierto también que son muy educados y respetuosos. Y es que, tal y como me comentó mi profesora de portugués, los alumnos en los colegios normalmente tienen un buen comportamiento y eso se ve cuando son más mayores. Gran parte de «culpa» la tienen los padres portugueses, que para mí son un poco como españoles a la antigua usanza.
Finalmente, también he visto un importante respeto medioambiental, con muchas zonas verdes cuidadas y que se intentan mantener. En España en la mayoría de casos preferimos cambiar zona verde por ladrillo y luego las condiciones de la mayoría de lugares ya sabemos cuáles son. Sin embargo esto todavía no sucede con los portugueses en las ciudades, en las que dejan caer toda la basura posible.
Creo que hay cuestiones muy importantes que hay que copiar de nuestro país vecino, en este caso éstas 3 cuestiones clave: la importancia del inglés como ciudadanos globales, el respeto y la educación quedan los padres a sus hijos y también el respeto al medioambiente.